Los caballos se caracterizan por sus largas extremidades y por su cola formada por una gran cantidad de cerdas extensas. Las razas más grandes pueden presentar ejemplares con una altura de 1,80 metros y un peso cercano a la tonelada. Estos animales son herbívoros y se comunican entre sí mediante relinchos.
La conducta de los caballos varía de acuerdo a la raza. En general son animales sociables que pueden desarrollar vínculos con las personas. Incluso hay caballos que se utilizan en terapias para asistir a pacientes con autismo y otros trastornos.
Sobra decir que no importa si se trata de la doma para trabajos forzosos (como ser tirar de carros), de los deportes ecuestres o de la equino terapia, en ninguno de estos casos se respeta la libertad del animal, razón por la cual no deberíamos realizar ninguna de dichas actividades si deseásemos convertirnos en seres justos y compasivos. El caballo no nace para satisfacer nuestras necesidades, sino las suyas, aunque el ser humano lleve milenios malinterpretando esta simple premisa. Como si el grado de maltrato que reciben los caballos no fuera suficientemente grave, en cuanto sufren una lesión que les impida continuar desarrollando sus obligaciones con normalidad, es normal que sus dueños los maten o los abandonen. Es ahí donde entran en juego algunos santuarios, que los acogen y les dan una segunda oportunidad para ser felices.
estos caballos son exclusivos para carreras.
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