Las ninfas viven en tres de los cuatro elementos: las ninfas del aire son los llamados Silfos; las del agua son las Ondinas y las Salamandras, las que viven en el fuego…
Hay mucha tendencia a confundirlas con sus parientes las hadas, pero quitando la capacidad de volar en poco se parecen a ellas, ya que las ninfas, a diferencia de las hadas, no tienen por costumbre ayudar al ser humano, sino que su misión básica y fundamental es proteger su elemento. Pero a veces pueden convivir con los hombres si estos respetan sus normas y leyes de amor y respeto hacia la Naturaleza, algo que lamentablemente en nuestro planeta, cada vez sucede con menos frecuencia.
Viven en palacios de ensueño, cerca de hermosas y cantarinas cascadas, y se rigen tan sólo por el amor, la bondad y la fantasía.
Adoran a los niños, y son sus guías cuando éstos pasean por el bosque; los cuidan para que nada les haga daño, espantan a los animales que puedan herirles o asustarles, y les indican el camino de vuelta en casa. A veces se transforman en dulces abejitas , o luminosas luciérnagas, para estar cerca de ellos.
Porque estos seres fantásticos, llamados genéricamente ‘Espíritus o Elementales de la Naturaleza’, pueblan los bosques, el aire, el agua de ríos y mares…; es decir, la Naturaleza entera. Ya sea en esta dimensión nuestra, la de los humanos, o bien en su propio mundo tejido con hebras sutiles de materia pero en todo caso muy cercano al nuestro, lo cierto es que ahí están, compartiendo su existencia con nosotros en mayor o menor medida y, sobre todo, lo que es más importante: avivando y alegrando nuestros sueños y manteniendo despiertas nuestra fantasía y nuestra imaginación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario